Ayer estuve en un festival de música árabe, el Festival Arabesques, dónde estuvieron muy presentes las revoluciones acaecidas en Túnez y Egipto. Dos de los cantantes, una chica tunecina y un argelino, estaban especialmente comprometidos políticamente con el cambio, tanto que viven en el exilio.
He leído en algún medio de comunicación que comparaban las revoluciones árabes con lo que está ocurriendo en España. Hay que coger todo en su justa medida, la spanish revolution, con la que estoy totalmente de acuerdo y la que me ha devuelto la esperanza en nuestra sociedad, no es equiparable a las revoluciones de Túnez o Egipto. A pesar de la opresión que los mercados ejercen sobre nosotros, a ellos encima les presionaban unas dictaduras que les limitaban no sólo el futuro sino el presente y el pasado.
Ayer, la exaltación y alegría que los árabes sentían en el concierto a cada palabra de apoyo a las revoluciones, eran un poco mías también. Cada pueblo hace su revolución, lo importante es que la revolución continúe, que se expanda por el mundo y las gentes de los diferentes países vean una esperanza de mejorar su situación de forma pacífica, con la palabra y no el arma, como nuestros hermanos del sur de lMediterráneo nos han enseñado y como ahora nosotros lo hacemos!
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