Tres semanas hace que sali de aquí, de Maputo. Parece que fue ayer cuando deje estas tierras africanas, con bastantes ganas, todo hay que decirlo. Llevaba ya nueve meses y medio de seguidos, y para mi ya era demasiado, necesitaba un descanso, volver a la “normalidad” española, a ver a mi familia, a mis amigos, salir de cañas (aunque en Mozambique cerveza precisamente no me falta, ja ja, tampoco buenos amigos), las tapitas, pasear por la calle con la tranquilidad que te da un pueblo como Santo Domingo.
Bueno pues es oficial estaba de vacaciones y ya se me han acabado, el martes empiezo a currar, dios que mal, ja ja.
En otras ocasiones el volver a España se me hacia muy cuesta arriba, cambiar tan radicalmente de ambiente, de realidad, en tampoco tiempo siempre resultaba muy chocante para mi cabeza, y me encontraba descolocado durante algunos dias. Pero esta vez desde el principio me he sentido en casa, muy a gusto, muy bien con mi familia, con mis amigos y con España y no he sentido morriña de Pemba ni de Mozambique. Aunque ahora al estar aquí, ya en el terreno, de lo que tengo ganas es de llegar a mi casa, a Pemba.
Bueno las vacaciones han sido bastante intensas, no he hecho todos los viajes y visitas que me hubieran gustado pero el tiempo, mi cartera y mis energías no me lo permitieron.
Llegue un viernes a Madrid y allí me recogió Miriam, mi compañera recolectora de moras. Me hizo un recorrido turístico por Madrid bajo un calor agotador, pero hay estaban las cañitas y las tapitas para recuperar fuerzas y refrescarse, ja ja.
El sábado llegue a mi pueblo, donde mis padres me esperaban con una muy buena comida y muchas ganas de vernos. A la noche cenita en Castañares con todos los amigos y después fiestecita por Santo Domingo. La verdad es que estaba super a gusto, nada de fuera de lugar, nada de estar descolocado, como si el tiempo no hubiera pasado.
La semanita que me esperaba por delante era intensa, dentista, medico y compras urgentes. Tenia que comprarme el traje y los zapatos para la boda de Roberto y Ana que era el viernes siguiente. Poco tiempo para muchas cosas, pero lo conseguí, ja ja.
El viernes, temprano, empezaba nuestro viaje, Borja, Ana, Carolina, Ruben, Victor y yo, camino a Vilanova i
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