Las 11 de la noche del domingo 20 Noviembre 2011
A estas horas los colegios electorales en España comienzas a cerrarse oficialmente. En cambio para mí, ningún “lugar de voto” se ha abierto para acogerme. Empecé hace ya cuatro meses a hacer los trámites para poder votar desde el extranjero.
Me inscribí en el Consulado de París, pedí explícitamente que me incluyeran en el censo electoral de este consulado, para que no me pasara lo que en las elecciones municipales, en las cuales me enviaron el voto a Mozambique a pesar de haberme dado de baja en la embajada española del país africano y estar inscrito en el consulado de Montpellier.
Hace cuatro meses, empecé con todas los papeleos.
Una vez que la fecha de las elecciones fue publicada en el BOE, pedí saber si estaba inscrito en el Censo de españoles residentes en el extranjero en el lugar correcto, La Reunión. Y al estarlo procedí a pedir el voto por correo, junto con una corrección de mi dirección en la Reunión.
Todo comenzó hace cuatro meses.
A tres semanas de las elecciones, cada vez que abría el buzón esperaba ver el sobre que hiciera realidad mi derecho a votar en las elecciones generales. A una semana de las elecciones, NADA! Por el contrario, la Delegación del Gobierno en La Rioja, me había enviado el voto el 28 de Octubre, según su registro en internet.
Cuatro meses de adelanto para poder votar.
Informaciones contradictorias me llegaban sobre la fecha límite para votar desde el extranjero. Finalmente era el sábado 19 N. Sábado que abrí mi buzón en continuas ocasiones con la esperanza de que un sobre hiciera realidad un derecho que muchos años costó conseguir, que tanta gente no tiene en el mundo. El sobre no llegó, no sé si lo hará!
Hace cuatro meses para nada!
En el momento que escribo estas líneas no sé cuáles son los resultados de estas elecciones, pero, ¿qué legitimidad le debo dar a los resultados de unas elecciones en las que no se me ha permitido participar?
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