La verdad es que los primeros dia no fueron demasiado buenos. Tampoco extremadamente malos. Creo que el principio en cualquier lugar nuevo siempre es un poco cuesta arriba. Sobre todo si se mezcla lugar y lengua nuev@s!
Pero me apetecía mucho (también estaba acojonado) el llegar a un sitio nuevo, sin conocer la lengua, sin nadie más, sólo. Valerme por mismo, ver hasa dónde van mis capacidades de adaptación, de relacinamiento social, de buscarme las habichuelas.
Y aunque sólo llevo un par de semanas, me parece que ya veo un poco de luz. Me defiendo a duras penas con el idioma, me queda infinito todavía, pero voy salvando metas, pequeñas, pero que cuando las consigues te hacen sentir que te puedes desenvolver.
Comprar una tarjeta para el teléfono, hacerte el monobus para el tranvía, abrirte una cuenta bancaria, empezar a relacionarte en francés con los compañeros de clase y de residencia!!!!!!
La verdad es que releyendome me siento un poco gilipollas, si me comparo con tantos otros que hacen ésto porque no les queda otro remedio, no por propia voluntad. Soy inmigrante voluntario, con un colchón económico, una institución que me ampara y protege, con una vivienda, con un curso de idioma y sin un rechazo social. Te imaginas lo que tiene que pasar un inmigrante en España o en cualquier otro país y tiene que ser terrible.
Otra vez la realidad de este mundo!
À demain!
1 comentario:
Adolfito!! ya he actualizado algo el blog jajaja, que tal lo llevas por las fransuas, espero que bien, suerte con eso, un abrazote!
Publicar un comentario