Hace un par de semanas tuve la gran suerte de irme de viaje al mato. El mato es el campo mozambicano, es la savana mozambicana, alli en lo profundo, donde los mozambicanos tienen sus huertas y donde muchos de ellos viven. El mato, donde apenas hay caminos donde se entra solo a pie, por algunos caminos entran motos y en los menos coches. En el mato se ven animales salvajes, no siempre claro, pero por lo menos sus huellas y destrozos se ven.
La cooperacion esta financiando una red de extensión rural en Moçimboa da Praia, una villa que está situada al norte de Cabo Delgado. La red está integrada por extensionistas que lo que hacen es deslocalizarse a una zona del distrito, y empezar a trabajar con agricultores y asociaciones agricolas para enseñarles nuevos métodos de cultivo, asi como para suministrarles semillas y fertilizantes, etc.
Ahora imaginaos a estos tecnicos, algunos de ellos vienen de Maputo o Beira, ciudades al estilo occidental, es decir ciudades ciudades. Consiguen el trabajo y se les lleva a una aldea, sin energia, ni agua corriente, ni casa (se la tenian que construir, payotas mejoradas). En un territorio que no conocen, viviendo y trabajando con gente cuya lengua no hablan y que ademas son desconfiados de un agente externo recien llegado. Yo me pongo en su lugar y me daria algo.
Asi que con este entorno Cristina y yo nos unimos a la visita que la Dirección provincial de Agricultura hacía a la Red de extensionistas de Moçimboa da Praia. La idea era visitar cada dia el area de un extensionista, asi como conocer a algunos de los agricultores y o asociaciones con las que trabaja y visitar las huertas y areas de cultivo.
Para mi fue una experiencia muy chula, hechar a andar 3/4 km mato adentro, por los caminos que los campesinos usan, era como ir de safari a la espera de la aparición de un elefante o león. Y no es broma porque en algunas zonas que visitamos a pie, pudimos ver las huellas de elefantes en medio de la huerta, y los restos del banquete que se pegaron. El conflicto Hombre-animal.
Es bueno salir y ver la realidad mozambicana, la verdadera realidad. Es bueno ver que tu trabajo de escritorio delante de un ordenador tiene un lado fisico real, que se puede ver y tocar. Y es bueno conocer a esos tecnicos que se han adaptado bastante bien al entorno, que han aprendido la lengua, y que consiguen mejorar poco a poco las condiciones alimencias de esos campesinos. Hay que bueno es salir al mato!
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