Uno de los problemas que suelen llegar
más habitualmente de lo deseado es que el coche se te averíe. Un
problema que en España es engorroso pero que es tan sencillo como llamar
al servicio en carretera en Madagascar puede ser un poco más
complicado.
Hace ya unas semanitas, nos fuimos desde Tuléar hasta Fianarantsoa por la famosa Nacional 7, unos 500 kilómetros que puedes tardar en hacer hasta 10 horas ya que la carretera por excelencia de Madagascar no es tan excelente.
Bueno, pues yendo ya tuvimos problemas con el coche y nos quedamos tirados justo delante del cartel de Bienvenidos a Fianarantsoa, y nos toco empujar el coche hasta entrar en la ciudad. Ya era de noche así que el coche se quedó a buen recaudo con la policía de control y al día siguiente nos toco buscar un mecánico que fuera hasta el coche y lo arreglara in situ (aquí las grúas no se estilan mucho).
Todo arreglado, parecía, y después de unos días de trabajo, nos volvimos para Tuléar y en mitad de ningún sitio un chorro de agua nos explotó en el motor... el radiador nos había abandonado. Y en mitad de ningún sitio es eso... Menos mal que ibamos con nuestra presidenta Vola y nada más que pasó un coche se fue a la ciudad más cercana a buscar un mecánico.
Mientras tanto los blanquitos de lo más a gusto disfrutando del campo como veréis más abajo. Al final los mecánicos llegaron con super glu para pegar el radiador y llevarlo hasta la ciudad más cercana. La reparación a base de super glue duró varias horas incluído un ensayo fallido. Al final se arregló y nos tocó circular a 60 km por hora durante más de 5 horas rezando para que el radiador no nos volviera a explotar y encima de noche...
Historias de Madagascar