Ayer salí con unos voluntarios a tomar unas brochetillas de zebú (buenísimas) y a escuchar un concierto de jazz (increíble!!! un concierto de jazz en Tuléar????).
Al final no era un concierto de jazz, pero sí era un concierto en un bar, que es en sí mismo toda una novedad.
Las sorpresas no habían acabado, cuando llegamos, las camareras (sólo camareras) llevaban chapela y pañuelo rojo al cuello. Y es que el dueño es un vasco francés y allí tenía la bandera de Euskal Herria colgadita!!!
Algunos que sonreís igual se os quita de golpe. Es uno de los bares de la zona nocturna y uno en los que encuentras una de las realidades más extendidas de este país : la prostituócin juvenil.
Habría una veintena de jóvenes muy jóvenes chicas malgaches a la caza y captura de un blanquito, un ambiente no muy acogedor, por lo menos para mí. Y del otro lado de la balanza un montón de jubilados franceses que se "dejan cazar".
Y es que parace ser que Madagascar es uno de los destinos sexuales más populares en Francia y no de vacaciones exclusivamente, si no para instalarse y revivir un segunda juventud para muchos hombres jubilados. El estado malgache facilita los permisos de residencia al sector de los jubilados que con su pensión francesa les da más que bien para vivir aquí.
Son fáciles a identificar : jubilado en quad acompañado de una jovencísima malgache y sin hacer nada todo el día, paseo arriba paseo abajo o sentado en uno de esos bares en los que se encuentran y parece ser no se sienten juzgados.
Las chicas malgaches lo hacen por necesidad pero también porque es una vía muy fácil de salir de la pobreza y acceder a otro nivel de vida, hasta el punto que entre los malgaches se bromea sobre cazar un blanco o una blanca.
Estas parejas, que para nuestro ojos europeos son escandalosas, aquí no es una vergüenza a esconder, no es que se exhiban pero se vive con una naturalidad sorprendente.
Un gran trabajo de educación a niñas, sociedad y jubilados, de ofrecer otas salidas a esas jóvenes, de que se valoren por algo más que un cuerpo. Trabajo nada fácil a llevar a cabo.
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