La verdad es que vivimos en una plena contradicción constante, pero nos es más fácil no pensar mucho. No habría forma de vivir con ello, o sí?
Los domingos me pego el caprichito del desayuno de lujo. Me compro un croissante y una napolitana de chocolate, mi café con leche y desayuno en casa escuchando la radio (Nómadas) que me lleva a conocer nuevos lugares del mundo.
Lujo lujo, no parece tanto, verdad?
- El croissante y la napolitana me cuestan tanto como los otros seis desayunos de la semana, o por decirlo de otra manera, el desayuno básico de entre 6 a 12 malgaches (un café o té y uno o dos boko-bokos, una especie de buñuelos). Y sin embargo el desayuno no me cuesta ni un euro.
- Llego a mi casa, un estudio "pequeño" visión española, con una estancia más baño donde se distribuye la cocina a gas, la mesa de comer y dos sillas, el frigorífico, una especie de sofá, un armario y una cama. Suficiente para una persona, ahora bien qué persona? Una gran cantidad de familias de Tuléar (entre 5 a XX) vive en estancias más pequeñas que la mía. Un montón de espacio para una única persona, sin añadir que tengo electricidad, agua corriente, baño interno y el estudio está hecho de cemento. Y por esta casa no pago más de 40 euros.
- Escucho la radio en un ordenador y gracias a que tengo internet en casa. Cosas tan normales en el día a día de tantos países, aquí no lo es tanto. Tener una TV es ya un lujo para cantidad de familias. Y por internet pago 1,5 Salarios bases de Madagascar, es decir casi 50 euros (sí pago más por internet que por mi casa).
Pienso en ello y me ruborizo de vergüenza ... difícil combinación hábitos europea en esta realidad.
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