He escrito varias veces sobre el fútbol, sobre todo este último mes por causa del mundial y siempre o casi siempre para criticar la increíble influencia que tiene sobre la gente.
Pero bueno me rindo, por lo menos hoy el día de la final. Vengo de dar una vuelta por esta maravillosa ciudad a la que el destino me ha enviado, Chania (de la cual os hablare próximamente), y la verdad es que paseando por el puerto, convertido en lugar natural de cafés, restaurantes y tiendas de recuerdos donde los turistas se sienten como pez en el agua, no podía quitar la mirada de los televisores de plasma (que cosa oye, y eso que están en crisis) que invaden un chiringito tras otro. Y es que el fútbol tiene eso, o será que es la final, pero que hasta a mí me inquieta, me interesa, me llama, no sé. Al final he decidido sentarme en uno de los pocos bares donde no había señal de tv alguna si no una música clásica que ha acabado por ponerme más nervioso, mientras escuchaba a la multitud de los otros bares manteniendo la tensión y soltándola en suspiros o alaridos en coro que me hacían preguntarme qué había pasado.
De vuelta para mi estudio, seguía con la mirada puesta de un televisor a otro, y reflexionando sobre qué tiene el fútbol, o las finales, o la final del mundial que engancha de esa manera. Y no lo sé. La cuestión es que ahora estoy en mi casa (le voy a llamar así, ya que lo será por un mes) preguntándome si seré capaz de no encender la televisión antes de irme a dormir y ser uno de los pocos españoles que esta noche no sabrán si su selección de fútbol es la campeona del mundo…
He criticado en muchas ocasiones lo vergonzoso del dinero que se gasta en el ese mundillo, pero nunca había comentado (quizás de forma intencional?) lo que podría y lo que ha aportado sólo el hecho de que España llegue a la final, no digo ya ganarla. Leí en Público los beneficios económicos del mundial para el país: quizás hasta dos puntos sobre el PIB, más publicidad gratuita de España, más el consumo disparado en los bares, más lo que se llevaría hacienda de cada cheque de 600.000 euros que cada jugador se llevaría por ganar la final. Más el beneficio psicológico y moral sobre la populación, tengo que reconocerlo, el recibir una alegría en este momento tan negativo alivia un poco (es un buen estudio sociológico).
Así que si España gana el mundial bienvenido sea (qué la gane!!!), si así la gente es un poco más feliz, o un poco menos infeliz, bien recibido será y ya que no me va a tocar sufrir lo que será vivir ese momento en España (que eso es para un estudio antropológico) pues mejor que sea ahora!!!
El fútbol es así!
1 comentario:
No leas Público, que son unos rojos.
¿Qué hago comentando una entrada del 11 de julio? No lo sé, puede que sea porque ese día estaba bastante ciego. Cosas de Iniesta.
O porque soy un lechón y no leo asiduamente tu blog. Sorry. Suerte por Hellas!
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