Fin de semana del 22 al 24 de Febrero.
Nampula, que gran ciudad y digo bien porque se merece ese titulo: CIUDAD!!!
La cuestión es que Ana ya ha llegado a Pemba y tenia una boda en Nampula, es la tercera ciudad de Mozambique, esta a unos 300-
Pera era un palo ir a Nampula y que los estar dependiendo de los colegas todo el finde así que con la tontería Ana consiguió que me invitaran a la boda, así que pa allí que nos fuimos. Después os hablare un poco mas de la boda.
Bueno salimos el viernes de coche y con chofer, que nivel, hacia allí. Tardamos unas 4 horas y media y eso que las “carreteras” estaban bastante decentes. De camino nos paro la policía de trafico y nos pidió haber si podíamos llevar al jefe de la policía de trafico de Cabo Delgado hasta Nampula, y claro siendo el jefe no nos quisimos negar, aparte de que nunca viene nada mal tener un contacto en trafico, que aquí a los blancos nos ponen muchas multas…
Bueno pues cuando entrábamos por la city teníais que haber visto mis ojos, los tenía como platos: que ciudad, que edificios, de más de dos plantas, que calles, tiene hasta semáforos!!!! Piscina publica, teatro y cine, y hasta vide club. Y no veáis que hoteles más altos, las escuelas públicas de tres pisos con unas cristaleras de flipar, bueno yo me quede totalmente pasmado. Era la vuelta a la civilización un poco. Parecía Paco Martínez Soria en Madrid, solo me faltaban las gallinas (aunque eso aquí es de lo más normal). Bueno una flipada, de verdad! Solo le falta la playa.
Bueno fuimos a cenar y no teníamos el cuerpo para mucho mas porque estábamos agotados. Yo avise a mis colegas para tomar una cervecita. Pero lo que pasa siempre te tomas una y te animas así que mientras Ana se fue a descansar yo me largue por ahí, llegue hasta la disco, aunque a las tres ya estaba en casa durmiendo que el sábado había que cumplir.
Sábado, 11AM comienza la boda. Y de quien era la boda? Pues la boda era de la madre de un amigo de Ana, toma ya! A Freixo, el colega de Ana, lo había conocido de un día en Pemba, pero nada más. Así que imaginaros que corte para ir a la boda.
La boda tiene historia. Los novios habían sido novios de jóvenes pero las circunstancias de la vida les llevo a casarse con otras personas. Con el tiempo (mucho tiempo 30 35 años) las parejas de ambos acabaron muriendo con lo que quedaron viud@s. Se volvieron a juntar y tate bodorrio!!!!
A las 11 Am empezaba en el juzgado (la boda boda la van a celebrar en Maputo) y no veáis que juzgado mas bonito, que grande. Bueno, se casaron y aquí después se va por toda la ciudad en comitiva con los coches pitando detrás del coche nupcial. El padrino era un coronel bastante conocido en la provincia. El tío era la bomba, había estado en Cuba y en
Después de echarse las fotos de rigor con los invitados, con nosotros también (los únicos blancos en la boda) nos fuimos para el salón de fiesta.
Puntualizar que eran las 14 horas y que Ana y yo no habíamos probado bocado desde la noche del viernes, así que estábamos muertos de hambre.
En el salón había mesas para comer y otras centrales donde estaba la comida y te servias tu mismo. Como en todos los actos de este tipo en Mozambique, en cuanto dieron el pistoletazo de salida una marea de gente se abalanzado sobre las mesas y 15 minutos después lo que quedaba era un poco de arroz y unas croquetas. Eso es lo que comimos Ana y yo en todo el día. Y a falta de comida que llevarte al estomago pues lo suplimos con cerveza, con bastante cerveza. El coronel había dispuesto a unos de los que servían que en nuestra mesa nunca nos faltase, y vamos como para contrariar al coronel, ja ja.
Al principio solo bailaban las jovencitas de la boda, pero a medida que las botellas iban rulando la gente se animaba mas y mas, y como no Ana y yo también acabamos bailando. Es mas yo tuve bastante éxito con una tía abuela de Freixo, el hijo de la novia. LA tía era la bomba, la típica tía que en todas las bodas es la mas animada, una caña y cada vez que intentaba sentarme para descansar ella no me dejaba, ja ja.
Poco a poco me iba haciendo amigo del que traía la cerveza y cuando ya estaba para acabar, sobre las 9 de la noche, le dije que si me llevaba a alguna barraca (son los típicos garitos locales) y el tío que si claro. Así que como vi. Que Ana ya no podía mas, porque como iba, la deje con Freixo y yo me largue con Ismael, Miguel y Cristina (a todos ellos recién conocidos) por Nampula de barracas.
Después de la primera cerveza tuvieron una confuçao con el marido de Cristina, que no llegue a entender ni quería. La cuestión es que el tío quería que ella se montara en su furgoneta para llevarla no se donde, y por solidaridad nos montamos los cuatro. Acabamos en mitad de un barrio y en cuanto nos bajamos el tío se largo y nos dejo allí tirados. Mis nuevos mejores amigos no hacían mas que decirme que el barrio era súper peligroso. Y yo estaba como para ánimos, porque en un momento de lucidez me di cuenta que era un blanco en mitad de un barrio de payotas de África con tres personas que acaba de conocer, vamos que todo podía ocurrir. Por suerte siempre conozco gente buena y me llevaron asta una barraca mientras un taxi nos venia a buscar, ja ja. Que bueno es irse de barracas con gente que no conoces y que todo salga bien, ja ja.
Cuando llegamos a la ciudad me tome la ultima con ellos y me despedí para seguí la fiesta con Ze y Magu, que eran los colegas de Nampula que yo conocía. Con ellos no dure mucho la verdad. Mientras íbamos a la disco me quede sopa en el coche y decidieron, con muy buen criterio llevarme a la pensión a dormir.
Al día siguiente nos levantamos tarde, pero no lo suficiente como para ir al Shorprice, que es un supermercado (porque Nampula tiene supermercado!!!!) y que supermercado… tiene de todo, frutas verduras, carnes pescados, yogures cereales galletas, vamos un súper normal pero era como para echarnos a llorar de todo lo que veíamos, ja ja. Dos paletos en la ciudad, j eje. Cargamos el coche hasta arriba y vuelta a Pemba, que tampoco esta tan mal al final, aunque de vez en cuando un viajecito a Nampula va a caer.
Ate manha
No hay comentarios:
Publicar un comentario