Público lo ha hecho de maravilla, para explicarnos visualmente los retos que la humanidad se ha impuesto para hacer de este mundo algo más habitable para tod@s.
27 septiembre 2015
17 septiembre 2015
Catástrofe ultravioleta
Ultimamente escucho mucha pero que mucha radio.
He descubierto una aplicación, IVOX, que te permite escuchar radios de todo el mundo. Además te de buscar programas de radio por temática, o una palabra. Muy recomendable.
Bueno fue así como caí sobre un programa de radio tronchante, ameno y de difusión científica, Catástrofe ultravioleta.
Si queréis pasar un buen rato radiofónico y además aprender curiosidades sobre los temas más diversos, no os lo perdáis!!
14 septiembre 2015
Una sobre la luna
Para os que no lo sepais, la Luna me fascina.
Y el otro día caí sobre una de las miles de leyendas que hay sobre ella. No es ni mejor ni peor que otras, y quizás su mensaje no es muy positivo, pero la leyenda me pareció curiosa. Copiado literalmente de Wikipedia, os dejo abajo un vídeo para los que no tengan ganas de leer tanto.
Leyenda Selknam
El mito del origen del hain señala que hace mucho tiempo,
antes de que la humanidad actual existiera, había hombres y mujeres que
luego de los sucesos del mito cambiaron de forma y se convirtieron en
astros, fuerzas naturales o animales. En aquella sociedad las mujeres
gobernaban a los hombres porque ellas tenían grandes poderes y decían
ser aliadas de Xalpen,
una ballena de gran voracidad y apetito sexual que ordenaba que los
hombres le suministraran carne o serían devorados.
Las mujeres eran portavoces de Xalpen y de otros espíritus que surgían de la tierra o bajaban del cielo durante el rito del hain, que ellas realizaban en una choza de troncos para iniciar a sus hijas en los secretos de la magia, mientras los hombres no podían ni acercarse a este lugar. Ellos vivían en un clima de temor y sometimiento y debían trabajar de de sol a sol, no solo para cazar y proveer lo necesario para la vida del grupo, sino que también debían ocuparse de los niños y desempeñar las tareas domésticas. Los hombres jamás se animarían a intentar una rebelión sabiendo que los poderes rectores del universo habían ordenado que las mujeres los dominaran para siempre.
Las mujeres eran portavoces de Xalpen y de otros espíritus que surgían de la tierra o bajaban del cielo durante el rito del hain, que ellas realizaban en una choza de troncos para iniciar a sus hijas en los secretos de la magia, mientras los hombres no podían ni acercarse a este lugar. Ellos vivían en un clima de temor y sometimiento y debían trabajar de de sol a sol, no solo para cazar y proveer lo necesario para la vida del grupo, sino que también debían ocuparse de los niños y desempeñar las tareas domésticas. Los hombres jamás se animarían a intentar una rebelión sabiendo que los poderes rectores del universo habían ordenado que las mujeres los dominaran para siempre.
Pero todos espíritus no existían, eran mujeres que se pintaban el cuerpo y se ponían máscaras para engañar a los hombres. Kre era la mujer más poderosa y dirigía el ritual, asignando los papeles de cada una de las demás mujeres debía representar. Una de las cosas que más aterrorizaba a los hombres era Xalpen, que rara vez les era mostrada, pero se les hacía creer que los devoraría si no le llevaban abundante carne para saciar su apetito. Las mujeres hacían ruidos y movían objetos dentro de la choza para simular que ellas mismas corrían peligro si Xalpen no era saciada, entre tanto cocinaban la carne para festejar su dominio y la estupidez de los hombres.
Así había ocurrido desde tiempos remotos, hasta que un día el engaño fue descubierto. Según una versión de la historia, tres hombres divisaron a una mujer disfrazándose y según otra, [[Kren[]]oyó voces cerca del sitio del hain y se acercó cautelosamente a escuchar. Las muchachas estaban ensayando los papeles de espíritus que representarían, riéndose y comentando lo cómico que sería burlar a los hombres haciéndoles creer con disfraces ellas mismas eran espíritus. Sol estaba estupefacto por lo que había visto y oído. Cuando comprendió que toda su vida habían sido engañados, fue al campamento y reveló la verdad a los demás hombres. Tramaron un plan para vengarse de las mujeres e irrumpieron en el hain a pesar de las protestas de las mujeres. Una vez adentro comenzaron a golpearlas con sus garrotes y atravesarlas con sus flechas, hasta que las mataron a todas, excepto Kre, la esposa de Sol. Sol empezó a golpear a Luna, empuñó un leño largo agarrado del fuego humeante y la golpeó tres veces en la cara (según otra versión, Viento también la golpeó). En ese momento los cielos temblaron con tal violencia que él se detuvo. Con la cara desfigurada por las quemaduras y los golpes, Luna huyó al firmamento perseguida por Sol. El la perseguirá por siempre sin alcanzarla jamás. Y Luna desde el lejano cielo mirará a la tierra -su cara tiznada y surcada por las cicatrices de las heridas que sufrió durante la gran rebelión- y jamás perdonará a los hombres, y por toda la eternidad se esforzará por vengarse de ellos.
Las únicas mujeres supervivientes eran las niñas que todavía no habían sido iniciadas en el secreto. Los hombres se marcharon y guardaron luto por sus madres, esposas e hijas, pero decidieron adoptar el hain para sí mismos y engañar y dominar a las mujeres del mismo modo que antes habían sido engañados y dominados ellos. A toda mujer se le prohibió acercarse al hain bajo pena de muerte, la misma que sufriría cualquier hombre que divulgara el secreto. Los espíritus que personificaban eran los mismos que antes habían usado las mujeres, pero ahora fueron presentados como seres que apoyaban la supremacía masculina, solo Xalpen siguió siendo presentada del mismo modo que antes.
Con el tiempo llegó un hombre que llevó la muerte y los demás se alejaron de él pues eran inmortales y no podían estar juntos. Así surgieron muchos de los astros, los fenómenos meteorológicos, los animales, los accidentes geográficos y el más poderoso de todos se convirtió en la palabra. En esa época aparecieron los primeros humanos actuales, que adoptaron el patriarcado a semejanza de los hombres anteriores que se habían marchado.
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