Hace casi tres meses, estaba delante de mi ordenador, como era habitual, leyendo la prensa española y a medida que iba leyendo algo se me removía por dentro, los pelos se me erizaban. Cada vez que volvía a leer o a ver las noticias, me venía la misma idea a la cabeza: ¿qué haces en Montpellier? ¿por qué no estás en Madrid? ¿en la Puerta del Sol? ¿viviendo ese momento histórico?
Después las asambleas se fueros expandiendo por toda España, llegando incluso a Logroño, y la misma idea me venía a la cabeza, estar en tu tierra, con tu gente, participando activamente de esa bola que indudablemente tendría un efecto (igual no sobre el orden establecido pero sí sobre la conciencia social e individual). Desgraciadamente no pude estar allí.
Hoy, me encuentro otra vez en frente de mi ordenador, más lejos todavía que hace tres meses, pero el bello se me vuelve a erizar y sensaciones encontradas me vienen al corazón y a la cabeza. Ver que el movimiento del 15 M no está muerto, ni extinguido, si no que vuelve con más fuerza, que está ahí latente me alegra el espíritu. Por contra, ver en lo que se está convirtiendo (muchos dirán que ya lo era) España, un Estado policial, que cierra calles y plazas, para que la gente no pueda reunirse a hablar, a utilizar la palabra para poder buscar soluciones a los problemas que los dirigentes no son capaces de resolver.... sentimientos encontrados: vergüenza de ver la actuación tan penosa de nuestras dirigentes y orgullo de ver que la gente sigue en pie, en la calle y que no se cansa, no de pedir, si no de proponer y buscar juntos soluciones a los problemas, a nuestros problemas.
Una vez más no puedo estar allí, participar activamente, salir a la calle y mostrar mi vergüenza de nuestra clase política dirigente, vergüenza de la situación económica, del sistema político de participación.
Mucho ánimo y no desfallezcáis, porque como dice Sampedro : tenéis la razón de vuestro lado!